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Las radiaciones ultravioleta A y B del sol, al igual que alteran y dañan la piel, también pueden ser muy dañinas para los ojos. / Fotolia
Los más pequeños de la casa suelen estar emocionados de tener uno, pero ¿es recomendable desde el punto de vista de los especialistas que los niños usen gafas de sol? La Asociación Española de Pediatría (AEP) responde con un rotundo sí: “Los niños pasan mucho tiempo al aire libre, lo que les facilita recibir una mayor cantidad de radiación solar que los adultos”, apunta. "Por eso, como estos, deben llevar gafas de sol para protegerse los ojos de la radiación ultravioleta", argumentan los pediatras, destacando, además, que ayudan a evitar que cuerpos extraños -como arena- entren en los ojos. Pero, ¿cuándo deberían empezar a usarlos? ¿Cómo elegir entre tantos modelos de gafas solares para ellos? La AEP responde a estas preguntas y recuerda de pasada por qué la radiación solar puede ser dañina.
Como señalan los pediatras, nunca es demasiado pronto para que un niño, ni siquiera un bebé, los utilice, aunque es obvio que durante los primeros meses de vida del niño será difícil mantenerlos puestos. “A esta edad, la parte superior de los cochecitos y los asientos, así como el uso de gorros pueden ayudar y ser suficiente para proteger los ojos de los bebés. En general, un niño desde el primer año, cuando ya está caminando, es capaz y debe usar gafas porque no debemos olvidar que aunque las gorras o sombreros pueden proteger de la radiación directa al ojo, no protegen de la parte de la radiación. es decir, se refleja en el suelo, la arena, la nieve o el agua ”, apunta la AEP. En cualquier caso, es fundamental explicar a los niños desde pequeños que nunca deben mirar al sol.
A la hora de comprar gafas de sol para nuestro hijo, es importante mirar más allá del diseño que le gusta al niño. Lo primero es acudir siempre a establecimientos especializados, ópticas donde nos ayuden a elegir los que más se adapten al niño. “Tienen que ser del tamaño adecuado, fabricadas con materiales resistentes, y a la vez flexibles (TR90 o nylon), ligeras y seguras”, precisan. También es importante que lleven filtros adecuados (categoría 3) "para bloquear la mayor parte de la radiación solar". Y por último, hay que mirar muy de cerca la etiqueta y asegurarse de que aparece el símbolo CE, que indica que cumplen con la normativa europea.
Como recuerda la Asociación Española de Pediatría, las radiaciones ultravioleta A y B del sol, así como alteran y dañan la piel, “pueden ser muy perjudiciales para los ojos, y pueden afectar a la córnea (queratitis) y, a largo plazo, llegar a dañar la retina.